Según indican los expertos, los pacientes afectados de enfermedades que dañen la mielina deben estar especialmente estudiados en su evolución en el caso de que necesiten un trasplante de riñón, ya que en algunos casos este proceso puede intensificar los síntomas de la amiloidosis secundaria (AA) acumulación de proteínas anormales en forma de depósitos y, en ocasiones, puede llegar a provocar fallos renales y arruinar el trasplante.
La amiloidosis es una enfermedad progresiva y grave. Este trastorno lo ocasionan los depósitos de amiloides proteínas anormales-, que suelen acumularse en órganos vitales como los riñones o el corazón. Existen tres tipos de amiloidosis: primaria (AL), secundaria (AA) y hereditaria. La amiloidosis primaria es idiopática sin causa conocida-, la secundaria se origina por otra enfermedad previa incluyendo ciertos tipos de cáncer- y la amiloidosis hereditaria tiene componente genético.
Generalmente, la AA se presenta como resultado de enfermedades inflamatorias e infecciones de larga evolución, así como con algunos tumores. Durante los primeros 15-20 años, la enfermedad suele cursar sin síntomas y la afección renal es el primer síntoma. La amiloidosis primaria o la amiloidosis secundaria son enfermedades lentamente progresivas. Aunque en la mayoría de los casos no se asocian con pérdida del injerto o lo hace tras años de evolución.
La evolución de la amiloidosis puede provocar en los trasplantados en fracaso renal terminal entre 2 y 10 años más tarde, según un estudio de investigadores españoles del Complejo Hospitalario de Burgos. El estudio ha sido publicado por la revista Nefrología, de difusión internacional y órgano oficial de la Sociedad Española de Nefrología.
Algunos síntomas
Los síntomas de la amiloidosis son el sangrado en la piel, la fatiga, el ritmo cardíaco irregular, el entumecimiento de manos y pies, la dificultad respiratoria, problemas en la deglución, hinchazón en brazos y piernas, debilidad en las manos y pérdida de peso.
Las pruebas para diagnosticar esta enfermedad incluyen los análisis de orina para detectar proteinuria presencia de proteínas-, análisis de sangre, ecocagrafías cardíacas y abdominales-, biopsias de recto, de piel y de médula ósea-, electrocardiogramas y test de velocidad de conducción de los nervios. Este test se realiza porque la amiloidosis provoca la pérdida de mielina vaina que recubre los nervios- y dificulta la transmisión de impulsos nervioso.
Además de los fallos renales, otras complicaciones asociadas a la amiloidosis secundaria pueden ser la insuficiencia endocrina, insuficiencia cardíaca e insuficiencia respiratoria.
**Fuentes:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20651898
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000585.htm